martes, abril 17, 2007

día 1.6.1 segundo intento

vamos a continuar, les parece?

No me mucho gustan las chocolatinas,
tal vez las unicas que me gustan son
las que tienen caramelo o galletas...
odio las snikers con su puto maní.
Ultimamente me preocupa sobre manera
la identidad cultural colombiana
con la entrada del TLC: hay que hacer algo.
Empecé a cogerle un gusto extraño
al vino, como dije, nunca me han
gustado los tragos finos, sin embargo
el vino me hace pensar en el fruto rojo
de una tierra negra, humeda, llena de vida.
Me parece que la vida es sensual,
desde el calor que entra por la ventana
en las mañanas hasta el frío de las noches
solitarias de luna.
Siempre he soñado en despertarme, abrir los
ojos y verla a ella, desnuda dormida a mi lado,
despelucada y con el maquillaje corrido,
llamar al trabajo reportarme como enfermo,
y dedicarme todo el día a hacerle el amor apasionadamente.
Creo que hacer el amor es un acto caníbal en dos sentidos,
implica la ingesta de la carne del otro,
el des-garrar la piel, la carne, morder
y ser mordido.
Detesto cuando la gente tiene sexo simple,
me parece que es vivir con muy poca poesía
entre las venas.
Creo que soy poeta, aunque ninguno de estos
versos sea realmente poesía;
siento que nací con esta mezcla
de sangre y vino que me corre por las venas.
Me encanta la imagen de la tierra negra
y humeda, la tierra fertil y fría...
Siempre he querido una fotografía en que una
mano sostenga una porción de tierra negra
con pastico y todo por encima.
Odio escribir cosas que rimen,
simplemente me parece que ese tipo
de literatura no es lo mío.
En cambio me gusta la poesía que encuentra
su ritmo en la voz lectora,
en mi voz lectora, apasionada y tenue.
Me angustia profundamente el sonido
del telefono cuando timbra, es tal vez
la única cosa capaz de despertame
cuando duermo.
Duermo mucho y me gusta jugar con
mis sueños y mi conciencia cuando lo hago.
Lo kitsch colombiano me seduce terriblemente,
casi tanto como las piernas curvilíneas
de una mujer... creo que su sensualidad
radica en que me hacen setir que pertenezco
a una cultura.
Detesto que los médicos intenten escribir
poesía, ese oficio es mío, el de ellos
será salvarme la vida cuando me corte
el vino.
Encuentro en el Tango, en los bailes gitanos
y en el flamenco una sensualidad, una corporalidad,
el principio de lo realmente erotico.
Me fascina bailar, a pesar de que lo hago tan
mal como lo hago.
Quiero ir a Cuba a que una mulata me enseñe
a bailar son y salsa, para luego poder
bailar con mi mujer toda la noche.
Me moriría por una pipa con picadura
mandada a hacer en N.Y.
Odio mi cumpleaños por tres razones:
1. no hay nada que celebrar realmente
2. nadie se acuerda
3. siempre pasa algo desastrozo para mí o el mundo ese día (muerte del Papa, peor estado de mi abuela, sospresa arruinada, semana santa, viaje a san gil cancelado, etc.)
Acabo de entender porqué tengo la relación
que tengo con la literatura infantil...
el 2 de abril nace hans christian andersen
y desde 1965 es el día internacional
del libro infantil.
Creo en las casualidades, en que el
universo puede cospirar cósmicamente,
o el cerebro electroquimicamente para
que las cosas pasen cuando tienen
y con quien tienen que pasar.
Me gustaría ser más fresco con mi
vida y la de los que me rodean, pero
no lo logro, por alguna maldita razón
estoy atado a una estupidez llamada honor.
Tengo la desgracia de creer en eso
que acabo de llamar, en eso que me condena
por Güevón, pero que sé que es lo unico
que me diferencia de tantos patánes que
andan por ahí sueltos.
Odio a los patánes que maltratan a las mujeres,
pero odio aún más a esas mujeres estupidas
que les gusta que las maltraten.
Soy hombre de pocos amigos, y pocas amigas,
pero eso no significa que esté completamente
solo cuando no pueden estar conmigo.
Dudo mucho ser un hombre fuerte,
capaz de resistir cualquier cosa,
pero sé que me gusta la vida,
la mujer (a pesar de ser lo que es),
y poder darle mi amor a alguien que sepa recibirlo.
Aborresco los besos en la mejilla, en
especial de una mujer que ya me ha
dado su boca, y luego, me la retira.
Confieso que hace un tiempo estuve enamorado
de una personaje de literatura y que me
dedique mucho tiempo, tal vez un año,
a buscarla por ahí, en la mitad de la calle
-cometí un error al hacerlo porque le hice
pensar a una persona que tenía que ajustarse
a su modelo-.
Me encanta Van Gogh y Mondrian, siento
que me vibra el alma cuando miro
una noche apuntillada, o escucho
un jazz neo-plástico.
Amo pensar que existe la mujer de mi
vida, pero me estremece saber que no
seré jamás un hombre de la vida.
No creo en la perfección de los dioses,
creo en la perfección-inperfecta,
en que la perfección es más acoplaje
entre imperfectos que falta de errores.
Adoro la sensación de tener
una mujer recostada en mi pecho
que me escuche respirar y busque su
sueño en mi cuerpo.
Nunca he estado muy contento con mi cuerpo,
son pocas las veces en que me puedo parar
frente a un espejo totalemente desnudo
y decir que soy atractivo.
Me enloquecen los besos con mordiscos,
sueves, siempre suaves, porque la
antropofagía es una cosa de sensualidades.
No me gustan las fotos como recuerdos,
tengo varios cajoncitos llenos de cosas que
guardo: boletas de teatro, de cine, sho sticks,
papeles de regalo, cartas de "amor".
Adoro bogotá, desde chiquito me encanta mi ciudad,
siempre me ha gustado caminar por el centro
y ver el color amarillento de tungsteno sobre las
calles en las noches.
No tengo la más mínima idea de cómo
se mezclan los colores, por eso pospuse
mi actividad como artista plástico hasta que logre aprenderlo.
Me fascinan los computadores
y sus micro tormentas eléctricas sobre oro o cristal.
A ratos me gustaría que la vida
se meta un palo por entre el culo cuando
las cosas no salen como quiero.
Siento que todavía me falta aprender a
amar a una mujer, lastima que ninguna se arriesgue
a seguirme enseñando.
Nunca pasé en mi niñez por una
etapa de aversión por las niñas...
eso delata porqué nunca consigo mujer
facilmente.
Odiaria convertirme en un patán poco poético
capaz de tener sexo casual, pero si se
me presentara la oportunidad, no sabría
realmente cómo reaccionar.
Mi fantasía erótica sería hacerlo con una mujer
en vestido rojo de fiesta, mientras yo llevo
smoquín en mi apartamento del continental.
Siempre he sido un idiota que respeta demás
a las mujeres, por eso jamás me he aprovechado de
alguna cuando está borracha.
Me fascina el tigre de Neruda, y la poesía
de los ensayos de Paz, mientras odio el genio
siniestro e insensible de Borges.
Me encanta los tostacos, los productos ramo
en general y la pony malta, son mi niñez y
mi sentido de Colombia está ligado fuertemente
a ellos.
Adoro comprar libros de segunda porque tienen
un olor a polvo viejo delicioso, y alguien
me enseño, hace tiempo ya, a apreciar
las dedicatorias de otros(as) a otras(os).
Nunca aprendí a dibujar, ni a tener bonita
caligrafía, algún día, cuando esté realmente
desocupado, concentraré toda mi vida
a hacerlo.
Siempre he querido recibir una carta
por correo certificado y escrita a mano.
Sólo he sido infiel una vez en mi vida y
considero que fue una experiencia horrible,
espero nunca pasar por ella de nuevo.

creo que es suficiente por hoy, continuaré mañana, por la noche, como sherezade contando este cuento de lo que soy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta la persona que eres...