Voy a dormir con las venas cortadas
esta noche,
para que se mezcle mi sangre púrpura
con el frío azul de la luna.
Así me podrás encontrar,
donde quiera que estés,
mirando el frío de la luna.
Y te seguiré esperando desde
mi soledad sin sangre,
desde la música sin huesos y
el canto quebrado de mi piel;
deseando la curva y
sacando mi alma con humo
nicotinado.
lunes, diciembre 11, 2006
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